Recopilación extractos I
En un albergue del camino
En un albergue del camino de Santiago, un robusto joven y un hombre, compartían impresiones al abrigo de una etapa acabada:
–Sinceramente, no estoy disfrutando mucho del viaje– Comentó el chico. –Acabo todas las jornadas mejor que nadie y no he sufrido ningún problema físico, pero al llegar al albergue siento que no me llena.–
El hombre no respondió nada, simplemente le insistió en ir al día siguiente juntos. El joven accedió y aquel día hablaron largo y tendido sobre la vida, el camino y los amarillos campos que les rodeaban. Llegando al albergue de aquella noche, el joven sintió algo diferente en él, pero los deseos de compensar los kilómetros perdidos aún le poseían. Por lo que decidió seguir el camino, aún estando bien entrada la noche.
Al día siguiente, el hombre emprendió su marcha sólo y a la mitad de la jornada encontró al joven magullado y descansando en medio de un páramo. A lo que el hombredijo:
–La exigencia te hará perder el sendero, te hace dejar de disfrutar de él. En el camino, al igual que la vida, la chispa reside en vivirla, conseguir su meta sólo es un propósito más.–
Dualidad
Desde la fragilidad de un cigarro, consumes el mundo sorbo a sorbo. Acto divino, deseo puramente animal. El verde del cigarro abre tu conciencia para visualizar qué eres en este viaje llamado vida. Historias de luchas eternas entre instinto básico y conciencia suprema. Todo un camino marcado de sueños por tu instinto animal y decisiones tomadas por tu mente más racional. Ves una simple bestia en ocasiones, un Dios afable en otras.
Eres dos, ¿no lo ves? Uno que mata (decide) y otro que ama (desea).
Montañeros
Paseaban unos montañeros por las faldas de una montaña en lo que se encontraron un lugareño. El hombre, sentado en la entrada de su casa, pulía con tranquilidad y una pequeña navaja una vara. Los montañeros le preguntaron:
– Señor, acabamos de bajar de aquel gran pico y estamos exhaustos, ¿sería tan amable de darnos agua?
El lugareño respondió afirmativamente y les ofreció una jarra de agua fresca del interior de su casa. Mientras bebían y descansaban, los montañeros y el hombre charlaron sobre aquella montaña:
– ¿Cuántas veces ha subido al pico? – Le preguntaron.
– Ninguna – Respondió el hombre.
– Pero amable señor, este pico es uno de los más famosos de nuestro país, en toda tu larga vida, ¿nunca se te ha ocurrido subirlo?, no imaginas las vistas que hay desde allí arriba –
– Sus vistas en la cima deben de ser espectaculares, pero yo prefiero verla desde lejos, por eso me compré esta casa. No necesito subir a lo más alto para sentir en lo más profundo del ser. Sólo requiero ver con perspectiva– Respondió el anciano mientras seguía pelando con su navaja.
Corazón metálico
Luz en lo más íntimo, tras una capa de acero. Así de simple era uno de aquellos artilugios que habían llevado al desastre a su humanidad. Tan frágil y tan potente a la vez, una mezcolanza de acero, luz y cables que en tu mano parecía una simple máquinita, pero que bajo su yugo solo hallabas frío y dolor. Nunca había tenido la oportunidad de tener uno de aquellos corazones de androide en sus manos, no se diferencian tanto al del ser humano pensó. Luz en lo más íntimo, tras una capa de acero